Una vez finalizada esta temporada 2018/19, nuestro entrenador, Miguel Ángel Molina, toma un nuevo rumbo. Ha querido enviarnos esta emotiva carta. Un placer todos estos años, coach, haber compartido y disfrutado del baloncesto contigo. Hasta la próxima…
Es realmente difícil despedirte de un lugar y de gente con la que has sido feliz durante muchos años, muchos recuerdos vienen a mi cabeza de estos 6 años en Ilicitano y muchos agradecimientos, tantos que no podría escribirlos todos, pero si que mencionaré algunos de los más importantes.
Y empezaré por aquellos que confiaron en mi para ayudar a hacer crecer este club.
Aún recuerdo aquellos primeros contactos con Pedro Ortiz e Ismael Garlito, se les veía llenos de ilusión, una ilusión de la que me contagié a los pocos minutos de mi primera charla con ellos. Gracias a ambos por darme la oportunidad de conocer a la gente fantástica de este maravilloso club.
En mi primer campus en Ilicitano, conocería a algunos de aquellos chicos que me regenerarían y me llenarían de nuevo de ilusión y pasión por ser entrenador, no puedo mencionarlos a todos y puede ser injusto mencionar sólo a unos pocos, aunque los recuerdos se me agolpan en un nudo de emociones, pero aquellas generaciones del 99, 00 y 01 despertaron mis deseos de sentirme entrenador y por ello siempre les estaré tremendamente agradecido y su recuerdo viajará continuamente en mi corazón, aunque en algunos momentos me hicieran estallar de ira, pero eso son las relaciones, un tobogán de emociones en las que al final los buenos momentos prevalecen.
Tampoco quiero olvidarme de los padres, esos a los que a veces tanto tememos los entrenadores, pero yo he tenido la suerte de poder disfrutar de unos padres, en una amplísima mayoría, fenomenales con los que me he sentido respetado y querido, muchas gracias por tan grato viaje.
Y, por supuesto, gracias a los directivos, especialmente a nuestro presi Carlos Guerrero por su apoyo y a Paco Garlito por estar siempre pendiente de que estuviese lo mejor posible.
Tampoco me olvido del grupo de entrenadores que me acogieron junto a Berni Hernández, como si fuésemos auténticos mitos, su cariño, su ilusión, esos ojos llenos de pasión por este deporte, nos hizo sentir que estábamos en NUESTRA CASA, gracias por todo COMPAÑEROS.
Ahora he decidido poner un punto y aparte, no ha sido fácil, muchas cosas me tiraban del corazón, muchos jugadores que he tenido esta temporada, tanto del cadete como del senior, y muchos compañeros entrenadores, algunos que ya estaban cuando llegué y otros que se han ido incorporando, pero uno tiene que ser honesto y darse cuenta de cuando llega el momento de cambiar o de descansar, simplemente porque esa ilusión y esa pasión ya no arden, quizá porque sin querer, acabamos conformándonos o acomodándonos con el paso del tiempo, no lo sé, pero lo que si sé es que necesito un descanso o un cambio que vuelva a encender esa llama que es el motor para poder ser entrenador.
Muchas gracias a tod@s l@s que habéis compartido los paisajes de este maravilloso viaje que no cierro con un adiós, sino con un hasta luego, que aunque no tengo claro a donde me llevará el futuro, si sé que allá donde me lleve, vuestro recuerdo viajará ya siempre conmigo.
NOS VEMOS EN LAS CANCHAS.
HASTA LA VICTORIA SIEMPRE.
Miguel Ángel Molina
