Tomás Lloret, padre de Tomi (flamante nuevo entrenador del equipo senior masculino CBI) es parte de la historia del Club Baloncesto Ilicitano, del presente y de su futuro. Ha visto de todo, ha trabajado por todos, y lleva el baloncesto de formación hasta la médula. Semilla del CBI desde su inicio, su trabajo y carisma ha marcado a muchos jóvenes de Elche y su apuesta siempre ha sido clara por el baloncesto del CBI. Nuestro agradecimiento y aprecio por gente que lo vale y lo demuestra con su entrega, como D. Tomás Lloret.
· Buenas tardes, Tomás. ¿Cómo ha sido tu relación con el Club Baloncesto Ilicitano?
Aunque pueda resultar paradójico es anterior a su existencia. Jugaba en la sección de baloncesto del Elche C.F. cuando esta desapareció, allá por 1978, quedándose la ciudad huérfana de este deporte. Un pequeño grupo entre los que estaba el actual presidente Carlos Guerrero nos volvimos locos y al año siguiente surgió el Club como tal.
Desde entonces he participado como jugador, padre de jugador, entrenador, director deportivo y miembro de la junta directiva con alguna pausa entre esos periodos por las exigencias propias de los estudios y el día a día.
· Tras todos estos años de colaboración, ¿Cómo valoras la labor del CBI?
A lo largo de estos, creo, 33 años de existencia hay un indicador claro de la marcha del Club, ese largo periodo de actividad ininterrumpida.
Porque durante ese tiempo han surgido y desaparecido otros muchos clubs cuya filosofía el tiempo ha demostrado que no era la correcta, bien por estar basados en estructuras unipersonales, por tener objetivos a demasiado corto plazo, buscar rendimientos sobre todo económicos, etc.
La gran labor del CBI se apoya en unos pocos puntos:
– La buena estructura directiva y de Club.
– Las excelentes relaciones entre los miembros de esa estructura.
– El altruismo de todos ellos (sólo cobran los entrenadores).
– Los beneficios (si los hay) repercuten en el Club.
– Ningún jugador cobra.
– Trabajo y prioridad en la cantera.
· ¿Qué es lo mejor que has observado en la gente relacionada con el CBI?
Las personas que se dedican a algo de forma tan altruista durante tantos años o son unos apasionados o son unos tontos. Los jugadores que empiezan a jugar en el Club y sus familias enseguida captan el carácter del mismo. Y esa pasión es muy contagiosa.
Muchos de ellos, casi desde el primer momento, colaboran activamente y notas un sentimiento generalizado de que todos forman un gran grupo (una gran familia si quieres) con un solo objetivo, formar a los muchachos y muchachas como jugadores y personas.
· Seguro que tiene buenos recuerdos del CBI, ¿podría comentarnos alguno?
Muchísimos. Por resumir, sin duda en la etapa en la que mi hijo era jugador en categoría infantil y cadete. También muy buenos momentos en los primeros años del torneo local. Como entrenador guardo muy buenos recuerdos de los equipos a los que he entrenado, tanto femeninos como masculinos. Baste un dato: la que es mi mujer era jugadora en el primer equipo que entrené.
