Justa derrota la que sufrieron los chicos del júnior este sábado en el toscar.
Entramos al partido nerviosos, fríos y sin alma. En cambio el Íllice lo disputó como una final, con la misma intensidad, y con una exigencia máxima, y dió muestras de por qué sigue imbatido en casa. Desde el principio un parcial de 11-0 hacía presagiar muy malas sensaciones. Ya no por el resultado en sí, sino por las sensaciones. Bien es verdad que nuestros chicos llegaban sin un base, y el otro jugando lesionado, y que nuestro máximo anotador interior se lesionó nada más comenzar el choque. Pero aun así conseguimos remontar y ponernos por delante en el marcador. Buscamos el juego interior, para asi buscar faltas al hoy por hoy mejor interior de la categoría. Pero nuestra empresa no consiguió el resultado deseado y nos hizo un roto tanto en el rebote (¿qué nos cogió, 30?) como en la intimidación y en el ataque.
Dos fallos tontos de concentración permitieron 5 puntos fáciles y tres ataques no anotados y pusieron el partido 10 abajo al descanso.
Pero la debacle vino el tercer cuarto. Anotamos 5 puntos en más de 10 minutos y la ventaja se fue hasta más de 20 puntos de ventaja.
Al final, pese al deplorable estado físico, la casta salió y conseguimos remontar el partido, incluso poniéndonos 9 abajo a falta de 3 minutos, pero no conseguimos culminar la remontada, con una ansiedad más que evidente; pero que por lo menos sirvió para imponernos en el basket average.
Primero dar gracias a todos los que nos apoyaron desde la grada, donde pese a ser menores en número ganamos el partido en RESPETO hacia el contrario, ese gran olvidado el sábado por muchos; desearía no volver a presenciar su falta hacia jugadores que, por muy derbi que sea, no dejan de ser amigos y/o conocidos. Ahí, como siempre digo, los chavales suelen darnos la lección a nosotros y somos nosotros los que debemos aprender de ellos.
Segundo, también agradecer al equipo su esfuerzo, pero exigirle que espabile para lo que nos queda ya que todo el trabajo realizado hasta ahora hay que continuarlo y rematarlo. Afrontamos dos importantísimos partidos en casa y, pese a las lesiones, que han venido en el peor momento, sé que somos capaces de luchar, entrenar duro, y seguir superándonos y disfrutando como equipo partido tras partido.
